Sea quién sea el que realiza la evaluación de riesgos (la propia empresa, un empleado delegado por la empresa o un asesor externo), es esencial consultar a los trabajadores y hacerlos partícipes del proceso, ya que éstos conocen su lugar de trabajo y son quienes han de introducir cualquier cambio en la situación / prácticas de trabajo.
La evaluación de riesgos por estrés emplea los mismos principios y procesos básicos que con otros riesgos profesionales.
Pasos:
1. Identificar los riesgos y a quienes están en peligro.
- Carga de trabajo excesiva o exposición a peligros físicos.
- Cuánto control tienen los trabajadores sobre la forma en la que realizan su trabajo.
- Si los trabajadores comprenden su función.
- Relaciones, que pueden ocultar cuestiones como acoso y violencia.
- Qué tipo de apoyo se recibe de los colegas y jefes
- Qué formación necesitan los trabajadores para realizar su trabajo.
2. Evaluar los riesgos y clasificarlos por importancia.
- La probabilidad de que un peligro cause daños.
- La gravedad que pueden entrañar dichos daños.
- La frecuencia con la que se exponen los trabajadores (y cuántos) al riesgo.
3. Decidir sobre las acciones preventivas.
Entre las medidas eficaces que previenen el estrés laboral encontramos:
- Dejar tiempo suficiente a los trabajadores para que realicen su trabajo.
- Proporcionar una descripción clara de la tarea que hay que realizar.
- Gratificar a los trabajadores por su buen trabajo.
- Permitir que los trabajadores presenten sus quejas y tomárselas en serio.
- Permitir que los trabajadores tengan control sobre su trabajo.
4. Adoptar medidas.
5. Supervisión y revisión.