Además de las alteraciones que pueden producirse en el organismo de las personas al cambiar el curso natural de los ritmos circadianos, el trabajo a turnos y el trabajo nocturno ocasiona perturbaciones en el ritmo biológico del sueño. Este tipo de perturbaciones tiene consecuencias nefastas en el organismo ya que para recuperarse de la fatiga diaria es necesario dormir. También puede producir otro tipo de consecuencias que pueden acarrear graves problemas para el trabajador u otras personas como pueden ser los accidentes de tráfico como según ha evaluado la National Sleep Foundation (NSF).
Del 20% al 30% de los trabajadores a turnos, cuando por fin llegan a sus hogares tras una noche de trabajo se encuentran con que el vecino está utilizando la taladradora, las aves parecen gorjear más fuerte de lo usual y no puede ignorar la luz del sol que se filtra alrededor de las esquinas de las persianas cerradas. Es por ello necesario que ponga en práctica una serie de estrategias con el fin de lograr un “buen dormir” como pueden ser:
- Establecer un ambiente tranquilo y pacificador
- Usar protectores para los ojos y tapones para oídos
- Crear un ruido blanco (un ventilador…)
- Evitar el café, tabaco y alcohol 4 o 5 horas antes de dormir
- Intentar tener una hora estándar para despertar incluso los fines de semana y hacer ejercicio regularmente (no dentro de las 6h antes de dormir).
- Prepararnos una hora antes (disminuir el nivel de actividad)
- Realizar rutinas
- Desconectar (revistas, música relajante...)
A nivel organizacional creemos aconsejable para contrarrestar los dañinos efectos de los trastornos del sueño las llamadas “siestas nocturnas”, con ellas se propone la introducción de cortos períodos de sueño durante el turno de noche tanto por su función preventiva para mantener conductas correctas como con fines reparadores.
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