Existen algunos indicadores para darse cuenta de que el exceso de trabajo comienza a afectar considerablemente la existencia de una persona; algunos son muy evidentes y están directamente relacionados con la clase de labor que se realiza, otros parecieran ser muy generales y estar causados por otros motivos, incluso hay algunos que, por su simpleza, no se les da la mayor importancia, pero es trascendental tenerlos en cuenta para plantearse la posibilidad de una solución o de un cambio positivo.
§ Aumento gradual en el consumo de café, tabaco, aspirinas, vitaminas, bebidas energetizantes, alcohol o algún otro tipo de medicina o droga con la finalidad de mantenerse activo durante la jornada laboral.
§ Alteraciones de la memoria a corto, mediano y largo plazo.
§ Afasias (Transtornos del lenguaje).
§ Agnosias (Transtornos en la capacidad para reconocer estímulos previamente aprendidos o para aprender nuevos)
§ Apraxias (Transtornos en la ejecución de alguna actividad motora).
§ Alteraciones crónicas del sueño (demasiado o muy poco).
§ Trastornos alimenticios constantes por deficiencias nutrimentales o por horarios de comida desordenados.
§ Agudización de los problemas familiares por constantes ausencias en el hogar (debido a los horarios de trabajo).
§ Dolores crónicos de cabeza, cuello, espalda u otro miembro u órgano del cuerpo (provocados por la actividad laboral).
§ Irritabilidad o desesperanza extremas.
§ Dejar prendidas las luces o abiertas las llaves del agua con frecuencia.
§ Dificultad para realizar actividades conocidas y sencillas.
§ Cansancio permanente.
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