lunes, 31 de enero de 2011

Satisfacción laboral docente

Los tiempos actuales obligan a repensar la nueva universidad del siglo XXI y en especial a los distintos elementos que la constituyen, a mirar su entorno, dinámico y lleno de transformaciones y a dar respuestas evolutivas en la gestión universitaria en diferentes niveles, tanto estructurales como temporales. Se hace necesario considerar también algunas de las funciones de la universidad, siendo la más importante, a nuestro parecer, formar profesionales que puedan desenvolverse con éxito en sus diferentes profesiones, para lo cual no bastan los conocimientos y habilidades sino una formación integral del profesor, que incluya principios y valores. Para cumplir con esta función resulta relevante considerar los recursos humanos de la universidad, como asimismo la importancia de la satisfacción personal, que constituye el elemento fundamental para el logro de la eficacia en las organizaciones.
En el trabajo pedagógico de los profesionales universitarios, la Satisfacción Laboral Docente es un valioso constructo que incide en las posibilidades de éxito en el aprendizaje de los estudiantes y en la satisfacción de los mismos en el aula. La variable Satisfacción está estrechamente relacionada con la motivación de los alumnos, entendida ésta como “la voluntad de ejercer altos niveles de esfuerzo hacia las metas organizacionales, condicionadas por la habilidad del esfuerzo de satisfacer alguna necesidad individual”, Robbins, (1999, p.168).
El trabajo constituye uno de los factores relevantes en la vida de los individuos y además, éste ocupa una parte muy importante de su tiempo, constituyéndose en uno de los determinantes indiscutibles del bienestar individual.
Al hilo, diferentes perspectivas teóricas están de acuerdo en que la satisfacción laboral tiene que ver con las necesidades físicas, psicológicas y con los valores, etc. La satisfacción es incrementada con algunos aspectos del trabajo, entre ellos la responsabilidad, la autonomía, el poder desarrollar con éste las habilidades de cada persona, aprender cosas nuevas. Sin embargo, es importante decir que un gran esfuerzo intelectual o físico puede presionar mucho al individuo y traducirse en insatisfacción con la tarea realizada.
En el caso del trabajo docente en la universidad, creemos que la satisfación laboral influye directamente en la satisfacción académica de los alumnos, así como en el rendimiento académico.Creemos que son dos variables interdependientes dado que, en primer lugar, dentro de los factores laborales que inciden en la satisfacción laboral docente se encuentra la “docencia” que abarca desde su forma de dar clase y su interés por la materia que imparte hasta los resultados obtenidos; y en segundo lugar ya que es obvio que dependiendo de la satisfacción en el área mencionada, la influencia en el desarrollo de las clases  (metodología, estilo docente, etc.)y en la satisfacción y rendimiento de los alumnos será más positiva o por el contrario más negativa para el aprendizaje. 

Subastamos un ovillo: Dinámicas para la clase sobre satisfacción

El ovillo de lana

¿Qué pretendemos con esta dinámica?
Lo que pretendemos con la realización de esta dinámica, es conocer el grado de satisfacción en cuanto al trabajo realizado en esta asignatura en diferentes ámbitos, como el trabajo individual realizado, el trabajo grupal, la satisfacción en cuanto al producto final, para con la profesora… Que dependerá de los diferentes comentarios de cada uno de los participantes en la dinámica. Con ello queremos representar lo que podría llevarse a cabo en diferentes organizaciones, al menos anualmente, para conocer el nivel de satisfacción laboral de sus empleados, pues como sabemos, es un aspecto muy importante tanto para la propia persona como para el desarrollo de la organización.
¿Cómo desarrollamos la dinámica?
El grupo estará  círculo sin dejar espacios vacíos. El ovillo lo tendrá la persona encargada de dirigir la dinámica (ya seamos una de nosotras o incluso la profesora si está interesada en realizarlo) y se lo lanza a otra persona del grupo sujetando el extremo del ovillo.
Daremos una serie de temas a elegir para que digan la primera idea que se les venga a la cabeza relacionada con el transcurso de la asignatura para que sea más fácil el desarrollo, pero también puedan expresar ideas propias. Estos temas son:
-Compañeros
-Expectativas antes
- Expectativas después
- Relación profesor-alumno
-Clima general de la clase
- Percepción de rendimiento general
-Satisfacción con la calificación
Cuando termina la persona que sujeta el ovillo lo lanza a otra persona sujetando el hilo de manera que quede más o menos tenso (sin que llegue a tocar el suelo). Cuando todos hayan recibido el ovillo quedará formada una tela de araña de tantas puntas como participantes.
 Por otro lado, la imagen de la tela de araña suele ser lo suficientemente elocuente, pero se puede hacer algún comentario o invitar a alguien a que lo haga. Ofrecemos algunas sugerencias:   
      1.  Se puede destacar el hecho de que todos somos necesarios para tener la red tensa, si uno suelta, se afloja un poco la red. Es un trabajo realizado entre todos y cada uno de nosotros. Tanto nosotros influimos en la satisfacción laboral de los demás como ellos en la nuestra.
      2.  La red tiene también el simbolismo de la seguridad, como la de los trapecistas en el circo: con una red tejida de nombres, ideas y cualidades puestas al servicio de que el grupo funcione, podemos sentirnos más seguros que si afrontamos este reto en solitario.   
     3. Por último, remarcamos el símil que hemos tratado de representar en cuanto a la satisfacción laboral y la satisfacción del trabajo realizado en la asignatura.

La subasta

¿Qué pretendemos con esta dinámica?
Nuestro objetivo con esta dinámica es detectar aquellos factores más preciados para la satisfacción con el trabajo realizado en clase de nuestros compañeros, para llegar a la conclusión de que todos solemos entender la satisfacción laboral de una forma más o menos parecida, de la misma forma que la entendemos en el trabajo académico. Es un ejercicio de autoconocimiento y visualización que creemos importante ya los que no están inmersos en el mundo laboral, pronto lo estarán.
¿Cómo desarrollamos la dinámica?
Paralelamente a las personas que están realizando la dinámica del “ovillo”, el resto de la clase participará en una subasta muy especial. Esta consistirá en que cada uno de los participantes dispondrá de una cantidad de dinero limitado (de fabricación propia) con el que deberá pujar por aquellos factores de satisfacción que irán diciendo los compañeros del “ovillo”.
Estos mismos factores que creemos influyentes en la satisfacción en el trabajo llevado a cabo en esta asignatura podemos extrapolarlos a la satisfacción laboral que nosotros esperamos del entorno laboral, podemos decir que, el aula en una asignatura es un lugar de trabajo, con diferentes departamentos pero con una visión y una misión común: el desarrollo personal y profesional y el manejo de información sobre un determinado tema.

martes, 18 de enero de 2011

Envejecimiento y tabajo

La Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica estima que en sus 24 países miembros, la proporción de trabajadores con edades entre 45 y 64 años respecto a la población total de trabajadores pasará del 32% de 1980 al 41,30% esperado para el 2025; es decir, para esta fecha algo menos de la mitad de los trabajadores tendrá más de 45 años.

 
Los trabajadores con cierta edad comienzan a tener problemas en el desempeño de las tareas debido a excesos de demanda que pueden sobrepasar sus capacidades individuales, sobre todo en aspectos como la percepción sensorial, destrezas psicomotoras, memoria, aprendizaje y fuerza muscular. Este problema aparece cuando las capacidades funcionales del individuo comienzan a disminuir y no lo hacen las demandas del entorno físico o de la tarea. Este deterioro de las capacidades del individuo es lento y se acentúa en torno a los 50 años.

Las capacidades del individuo que sufren un mayor deterioro con el paso del
tiempo son:

• Visión.
• Audición.
• Motricidad.

La mejor manera de conciliar la actividad laboral con el envejecimiento de los trabajadores consiste en variar la demanda física del trabajo y adaptarla al trabajador según el decremento de la capacidad física que éste haya sufrido.

Es conveniente la adopción de medidas concretas tendentes a facilitar el desempeño del trabajo a través de un rediseño de los puestos de trabajo que permita compensar las posibles mermas en algunas de las capacidades funcionales que se puedan originar por causa de la edad.

Los factores que debemos considerar para la adaptación de nuestros puestos
de trabajo pueden ser clasificados en cuatro grandes grupos:

1. Factores físicos y del entorno de trabajo:

• Iluminación y visión.
• Audición.

2. Factores de organización del trabajo:

• Variedad de tareas y demandas
• Horario de trabajo.
• Pausas.
• Ritmo de trabajo.
• Rol del trabajador (definición de funciones y competencias).
• Participación y control sobre el trabajo.
• Trabajo a turnos y trabajo nocturno.

3. Factores cognitivos:


• Complejidad de las tareas.
• Cantidad y calidad de la información.
• Compatibilidad y consistencia entre estímulos y respuestas.
• Carga mental.
• Ritmo de la tarea.

4. Factores ergonómicos:

• Trabajos repetitivos.
• Posturas de trabajo.
• Manejo y manipulación de cargas.
• Velocidad de ejecución de los movimientos.
• Funciones motrices.

lunes, 17 de enero de 2011

Una historia que contar

CON LA COLABORACIÓN DE LOS JUBILADOS DEL CENTRO DEMAYORES FRANCISCO DE GOYA


 
Tengo 65 años y estoy a punto de jubilarme… Pero la realidad es que no quiero hacerlo, no quiero levantarme una mañana y darme cuenta de que no tengo que mirar el reloj.
Llevo 42 años trabajando y me gusta mi trabajo. Sé que para muchos mi sentimiento no es mutuo, que ellos están deseando que llegue el día en que puedan jubilarse y con ello disfrutar de su vida sin responsabilidades ni preocupaciones. Pero para mí, mi trabajo me ha llenado de conocimientos, experiencias y satisfacciones durante años y no quiero dilapidarlos sin más.
Creo que lo mejor que hice en mi vida fue prepararme para este trabajo. Soy traumatólogo, y sé que existe una gran falta de médicos en la sanidad pública. A mí me quedan ganas aún de continuar con mi jornada de ocho a tres y dedicar ese tiempo a realizar lo que me hace sentirme todavía útil.  He pensado que quizá debería retrasar el momento de colgar mi bata blanca. Sé que con la reforma de la Seguridad Social mi pensión se ve influida, y yo tengo derecho a la pensión máxima, que es la mitad de lo que cobro ahora, pero no lo hago por eso.


La reforma de la Seguridad Social que entró en vigor en 2008 mejora un 2% la pensión de quien se jubile pasados los 65 años. Ese porcentaje (3% en caso de que el trabajador pueda acreditar más de 40 años cotizados) se aplica por cada año adicional que el empleado decida permanecer en su puesto y se aplica a todos los trabajadores, tanto asalariados como autónomos. Las cantidades aumentan progresivamente en función de los años suplementarios cotizados, sin límite de edad. Buena parte de las personas que se vean en la disyuntiva de retirarse o continuar su labor serán profesionalmente cualificados, satisfechos y bien remunerados, por lo que en general les corresponderá la pensión máxima el día que decidan jubilarse.


 Cuánto ha cambiado la vida y cuánto hemos cambiado con ella. Recuerdo a mi padre y recuerdo a mi abuelo, y hasta recuerdo como ellos me hablaban de los suyos propios. Ellos me sirven ahora para reflexionar sobre lo que hacer a partir de ahora. Me ayudan a pensar en lo que antes era importante, con lo que se llenaba su vida, con lo que les hacía sentirse satisfechos y con lo que les hacía sentirse útiles cuando tenían mi edad.

Cuando mi padre tenía mi edad aún trabajaba en el campo. Su estado de salud era inmejorable y disfrutaba trabajando la tierra. Mi madre, trabajaba de costurera para algunas vecinas y así se sacaba un dinero extra o "perras" como ella las llamaba, pero por lo general trabajaba de ama de casa cuidando de las tareas domésticas y de mis hermanos, uno de ellos enfermo.
Un par de años más tarde mi padre comenzó a sufrir un mayor deterioro de su capacidad motriz y llegaba más cansado de lo normal después del trabajo. Sufría dolencias en espalda y piernas así como artritis en las manos. Por ello, se vio obligado a dejar de trabajar.

Tras su jubilación recibía el Seguro Obligatorio de Vejez e invalidez que apenas daba para mantener a todos los miembros de la familia. El SOVI, Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez  era el régimen de protección existente antes del actual sistema de Seguridad Social que, como su mismo nombre indica, cubría las contingencias de vejez (jubilación) e invalidez. En la actualidad, subsiste para los trabajadores que cotizaron antes del año 1.967, siendo incompatible su percepción con las prestaciones derivadas del sistema de Seguridad Social. Entre los requisitos para recibir esta ayuda encontramos:
Haber cumplido los 65 años de edad o 60 en el supuesto de vejez por causa de incapacidad. Esta incapacidad debe ser permanente y total y no derivada de accidente de trabajo o enfermedad profesional.
No tener derecho a ninguna otra pensión ,


Intentó buscarse un nuevo trabajo para poder seguir ayudando a mis hermanos con sus estudios y mantener a la familia, ya que podía realizar otras tareas, pero nadie quería contratarle por considerarle demasiado viejo. De un día para otro, mi padre pasó de sentirse útil a sentirse incapaz de realizar un trabajo remunerado debido a su edad.


En 1975 se realizó el informe GAUR en el que se detalla un análisis sobre las condiciones de vida de los jubilados españoles: "La pobreza está presente en ellos en proporciones escandalosas......un 12% no tienen ningún ingreso estable, uno de cada tres percibe menos de 1000 pts. mensuales y los ingresos del 50% no llegan a las 2000 pts.


En conjunto, cada anciano cuenta con unas 85 pts. diarias para atender sus necesidades". El 75% de sus viviendas carecían de uno o varios equipamientos básicos, el 45% del total de los ancianos no podía realizar su deseo de utilizar la radio, tv, periódico o cine por falta de dinero..."


Unos años más tarde mi padre murió debido a una enfermedad. Mis hermanos ya se habían independizado por lo que mi madre se encontró sola y sin recursos económicos dado que no cumplía los requisitos que la prestación por viudedad requería (haber cumplido los 65 años).

Recuerdo orgulloso también a mi abuelo, un hombre volcado con su familia, trabajador como el que más, apasionado por la vida. Él nació en 1882, por lo que es fácil imaginarse la cantidad de sucesos históricos relevantes que pudo vivir y que afectaron tanto a España o positiva o negativamente, lo que indudablemente hizo mella en su vida laboral y su posterior jubilación. El desarrollo económico en comparación a otros países era bastante lento, por lo que muchas familias españolas, subsistían y vivían en el campo, como era el caso de mi abuelo. A los 12 o 13 años comenzó a labrar las tierras para ayudar a su familia, porque aunque tenía dos hermanas y un hermano, como es de imaginar, los varones eran quienes ayudaban a la economía familiar.

Así, mi abuelo trabajo y trabajo, formando una familia con una joven del pueblo, mi abuela. Tuvieron 3 hijos, uno de ellos mi padre como es evidente, quien heredó esas mismas tierras más tarde, las que trabajo con cariño y con esmero.

Mi abuelo vivió momentos difíciles, como la Guerra Civil española. Contaba con 54 años, que no son los mismos por aquel entonces que hoy en día para alguien que dedicó su vida al campo. Tenía buena salud pero pocas fuerzas ya, y estaba deseando que pasasen algunos años más para poder jubilarse, algo que aunque trataba de ocultar, le aterraba pues España vivía un futuro incierto…
Pero no todo fue malo, pues mi abuelo tuvo la "suerte" de vivir en una época en la que los españoles ya podían disfrutar del algún tipo de pensión, aunque insuficiente en muchos casos.


El punto de partida de las políticas de protección se sitúa en la Comisión de Reformas Sociales (1883) que se encargó del estudio de cuestiones que interesasen a la mejora y bienestar de la clase obrera. En 1900 se crea el primer seguro social, La Ley de Accidentes de Trabajo, y en 1908 aparece el Instituto Nacional de Previsión en el que se integran las cajas que gestionan los seguros sociales que van surgiendo.
Posteriormente los mecanismos de protección desembocan en una serie de seguros sociales, entre los que destacan el Retiro Obrero (1919), el Seguro Obligatorio de Maternidad (1923), Seguro de Paro Forzoso (1931), Seguro de Enfermedad (1942), Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI) (1947).


Finalmente, mi abuelo se jubila en 1942, sin llegar a alcanzar el SOVI, del que si que disfrutó mi padre, como ya dije anteriormente, pero si el Retiro Obrero nacido en 1919.


El Retiro Obrero, fue aprobado en 1919 por el Ministerio de Trabajo en un R.D. El 21 de Enero de 1921 promulgó su reglamento, y 6 meses más tarde comenzó su aplicación. Se exigía las siguientes condiciones:



Artículo 1º. Para tener derecho a ser incluido en el régimen de Seguro obligatorio de vejez se requieren tres condiciones:
1ª Ser asalariado.
2ª. Estar comprendido entre los 16 y 65 años de edad.
3ª Tener un haber anual que por todos conceptos, no exceda de 4.000 pts.


Y llamo suerte a que mi abuelo disfrutase del Retiro Obrero, ya que pocos años antes, aquellos trabajadores del campo los cuales la vejez cansó sus brazos, porque los años agotaron la fuente de su actividad, la sociedad no daba más que el título de asilado o mendigo, y la supervivencia de aquel hombre que no podría seguir trabajando, dependía de su familia si la tenía o la limosna y compasión de la sociedad.
Mi abuelo, tras jubilarse a los 60 años, murió 6 años más tarde a causa de una fuerte gripe en un cuerpo ya débil… Yo tenía sólo 3 años.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ley de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral

La norma social en torno al trabajo niega la existencia de unas tareas de cuidado de las personas y del mantenimiento del hogar-familia. Este entorno se considera como algo privado que cada cual debe organizarse a su manera.

En España se ha producido una intensa evolución, que se ha acentuado en los últimos años, en buena medida por las exigencias de la Unión Europea. Así, resulta muy significativa la Ley de Conciliación de la vida laboral y familiar de  las personas trabajadoras, de noviembre de 1999, que constituye un claro ejemplo de que el “conflicto” entre lo profesional y lo familiar supera el plano estrictamente privado, individualizado (básicamente “de mujeres”), para tomar protagonismo colectivo, merecedor de atención legislativa y actuaciones por parte de los poderes públicos.

Ahora bien, cabe destacar algunas lagunas que presenta esta Ley de Conciliación de la vida laboral y familiar:

1. Se contempla únicamente el tiempo. Tan solo articula algunas medidas excepcionales en regulación de las jornadas y permisos.
Habría de contemplar de forma simultánea el mantenimiento económico de la unidad familiar (remuneración y beneficios sociales), dado que media jornada implica la mitad del sueldo.

2. Los padres trabajadores no tienen ningún permiso de paternidad.

Son las madres trabajadoras quienes lo tienen y pueden ceder una parte al padre en caso de que ambos realicen una actividad profesional. Si se produjera el caso de un hombre que decide adoptar o de una pareja en la que la mujer no trabaja no se concederían los mismos derechos.

3. Plantea ciertas necesidades en relación con el nacimiento de hijos y de forma mínima otras situaciones de dependencia que parecen plantearse hacia las mujeres.
Cabe destacar, que no  tiene en cuenta a todas aquellas mujeres que han desempeñado su trayectoria laboral en el terreno domestico y que hoy en día, en su jubilación, no tienen derecho a prestaciones sociales.

Al respecto observamos que, incluso en la presente ley existe una visión en la que el rol de cuidador y conciliador de la vida doméstica pertenece a la mujer.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Malestar docente


Cuando se habla de malestar docente se hace referencia a un fenómeno que afecta a una buena parte del profesorado y que se origina en respuesta a una serie de factores o acontecimientos negativos que aquejan a dicho profesorado en el marco educativo. Tal respuesta vendría precedida de un estilo atributivo pesimista que sería el responsable del incremento de los índices de estrés laboral y ansiedad que exhiben los docentes afectados, pudiéndose llegar a alcanzar la depresión como resultado último.

 El malestar docente presenta una amplia repercusión debido a varias razones: afecta a la mayoría de los países europeos, el número de afectados es considerable y origina un perjuicio en la calidad del servicio educativo , produciendo consecuencias individuales y organizacionales importantes.

Los estudios sobre el malestar del profesor comenzaron a desarrollarse hace relativamente poco. Según las investigaciones realizadas en el 2008 en España por El Defensor del Profesor el 47% de los profesores sufrían una fuerte ansiedad, el 21% se encontraban en estado de depresión y el 14% sufría bajas laborales debido a los dos factores anteriores.

Entre las principales causas destacan:
  • Desvalorización del rol del profesor
  • Dificultades para dar clase
  • Acoso por parte de padres y alumnos
  • Multiplicidad y ambigüedad de demandas por parte de la sociedad
  • Exceso de trabajo
  • Escasas retribuciones
Entre las consecuencias sociolaborales destacan sobre todo aquellas en las que se  ve implicado el estado de ánimo como por ejemplo:
  •  Inadaptación al trabajo, con lo que disminuye tanto la cantidad como la calidad del trabajo docente.
  •  Aumento del absentismo, en número de bajas y en duración de las mismas. El estrés mejora al separarse del estresor laboral, pero sólo el pensamiento de volver al aula lo vuelve a desencadenar, con lo que la situación de baja se perpetua, convirtiéndose a veces en una conducta de evitación.
  •  Estancamiento, resistencia a innovaciones en métodos de trabajo, al cambio en el aula, etc.
  • Conflictividad laboral 
  • Burnout” o síndrome del quemado, considerado como estrés crónico en contexto laboral con agotamiento emocional como elemento central del síndrome (sensación de no poder dar más de sí), sentimientos de inadecuación, sintiendo que las demandas laborales exceden sus capacidades, tendiendo a una autoevaluación negativa y despersonalización, con actitudes pesimistas y negativas para protegerse del agotamiento (distanciamiento de los compañeros y de los alumnos, tendencia a culpar a los demás de las propias frustraciones laborales, etc.).
  •  Disfunciones en la vida social y familar
  •    Autoculpabilización

Recortes de prensa

Algunos datos significativos: “Un total de 14.529 docentes víctimas de violencia en las aulas han denunciado ya su caso al Defensor del Profesor en sus cinco años de funcionamiento. Con una media de diez llamadas al día, este servicio del sindicato de profesores ANPE, se confirma como un crudo observatorio de la realidad en las escuelas españolas.” ABC. 19/11/2010. Sara Campello. Maestro, profesión de riesgo.”
Padres agresores: “Aunque la mayoría de los conflictos se desarrollan en el ciclo de Educación Secundaria (el 45% de las llamadas recibidas el curso pasado), cabe destacar el importante puesto que empiezan a tomar las agresiones a profesores de Educación Primaria, que protagonizan el 38% de las llamadas recibidas.” ABC. 19/11/2010. Sara Campello. Maestro, profesión de riesgo
Profesor como autoridad pública: “Al ser reconocidos como autoridad pública, los profesores -al igual que jueces, policías, médicos o los pilotos y marinos al mando de una nave- cuentan con una protección especial. La agresión a uno de ellos está tipificada por el Código Penal como atentado contra la autoridad en los artículos 550 a 553, que recogen penas de prisión de dos a cuatro años. EL PAIS. 16/9/2009. Soledad Alcaide. Propuesta de ley para el reconocimiento docente.”
Autoridad del profesor: “A esta situación se ha llegado por diversas causas. Subrayaré sólo dos. Primera: las sucesivas reformas educativas de los últimos tiempos no han hecho sino mimar al alumno de forma exagerada y peligrosa. De hecho, éste tiene 59 derechos frente a nueve deberes. Esto hace que los roles de profesor y alumno se aproximen tanto que este último toma al primero por un colega más -un colega al que hay que machacar pues tiene poder para calificar sus exámenes-.Segunda: se ha quitado al profesor mucha autoridad, otorgándole parte de la responsabilidad a las Asociaciones de Padres y Madres. De hecho, hay continuos enfrentamientos y agresiones de los padres de alumnos con los profesores de sus hijos.” EL PAÍS. 15/9/2009 Juan José Bermejo. En busca de la autoridad docente.”
Violencia en las aulas: “La violencia contra el profesorado es más acusada en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Los docentes, pese a los avances registrados, se sienten «solos ante el peligro ». La indisciplina, las faltas de respeto y hasta las agresiones físicas, tanto de los alumnos como de sus padres, son habituales y constituyen un obstáculo a veces insalvable en su quehacer diario en las aulas. Los colegios públicos están considerados como los más conflictivos, pero en los últimos años los privados y concertados comienzan a padecer los efectos de esas conductas agresivas, que se traducen en violencia verbal y también física. ABC. 14/4/2009. Milagros Asenjo. Docentes acosados y agredidos por sus alumnos, solos ante el peligro”